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{ martes, septiembre 16 }

Clase magistral de m�todos narrativos

    Podremos y deberemos faltar el respeto a la l�gica ordenadora y a la disciplina del relato, pero jam�s de los jamases a eso que constituye el car�cter exclusivo y esencial de una persona, es decir, a su personalidad, a su modo de ser, a su propia e inconfundible presencia. Se admiten en el personaje todas las contradicciones, pero ninguna incoherencia, y en este punto insistimos particularmente porque, al contrario de lo que suelen preceptuar los diccionarios, incoherencia y contradicci�n no son sin�nimos. Es en el interior de su propia coherencia donde una persona o un personaje se van contradiciendo, mientras que la incoherencia, por ser, m�s que la contradicci�n, una constante del comportamiento, repele de s� a la contradicci�n, la elimina, no se entiende viviendo con ella. Desde este punto de vista, aunque arriesg�ndonos a caer en las telas paralizadoras de la paradoja, no deber�a de ser excluida la hip�tesis de que la contradicci�n sea, al final, y precisamente, uno de los m�s coherentes contrarios de la incoherencia.
Jos� Saramago, "La caverna", 2000.